domingo, 19 de mayo de 2024

Entorno golpista que acecha a Petro, el neo crimen

 


¿Se puede culpar a un hombre de querer entender su situación? Oscura situación por cierto. Sigue el intento de acotar una zona de sentido en medio del caos, queda arrojada la palabreja.

Colombia se entenderá en la medida en que se establezca el carácter actual del crimen. Juega un papel central en nuestro caos. Como si un evangelio del crimen se hubiera esparcido por todos los estamentos de la sociedad colombiana. El crimen clásico consideraba que la decencia y las instituciones eran condiciones de su existencia; el crimen actual busca vaciar la institucionalidad y convertirla en un simulacro que imparta la bendición a sus disfraces (la “empresa”, la “libre empresa” es uno de ellos). En Suiza, recientemente, han tenido que vérselas con un banco travesti que fue instrumento voluntario para las especulaciones ilegales de un entramado originado en uno de esos mini-estados árabes. Este tipo de crimen supera cualquier fantasía de los mafiosos clásicos norteamericanos, y está rampante en Colombia. Este “nuevo crimen” o neo-crimen ya tiene su adn dentro del sistema bancario colombiano e internacional. Traficar con la confianza pública es un crimen nuevo. Lo estrenaron en Estados Unidos en 2008 cuando estalló la burbuja de la hipotecas chatarra que fue posible gracias a que los banqueros decidieron aprovecharse de la confianza en ellos depositada por la sociedad civil. Luego el carismático Barack Obama amortizó las pérdidas con dinero de los ciudadanos norteamericanos y los bancos que traficaron en hipotecas basura quedaron prácticamente impunes. De esto es lo que hablo; “esto” es el contexto en que surge la figura de Gustavo Petro, y explica porque sufre el matoneo de los agentes de estos intereses.

La lógica criminal de los bancos que se lucraron de la crisis de las hipotecas basura es la misma de las epe-eses del sistema de salud en Colombia y Gustavo Petro ha tenido la osadía de atravesarse en su camino. Estas aseguradoras o epe-eses son enemigos jurados del Mandatario, peores incluso que enemigos manifiestos como la “periodista” Vicky la equívoca senadora Cabal. El periodismo estilo Vicky y los políticos estilo Cabal han sido cooptados desde hace años por estas empresas cleptócratas, tan afines a la cultura criminal de los bancos norteamericanos y europeos. Es la misma “coalición” que derrocó a Castillo en Perú y que apoya el acoso al régimen popular en Bolivia. Saben lo que está haciendo. Y son apoyados por el crimen más plebe, el crimen de las economía ilegales del oro, la madera y otras especies en los territorios y  que continúa con su negocio de exportación masiva de cocaína. También son aliados ahí las redes de extorsión que operan desde las cárceles y la rosca incrustada en la fiscalía general denunciada por el super periodista Gonzalo Guillén. Estos actores de la delincuencia han celebrado conferencias de las cuales emana la consigna de detener a Gustavo Petro antes de que comience a hacerles daño real.

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