lunes, 22 de mayo de 2023

 

 

Nadaba en éxito, el cáncer se atravesó

La idea es genial. Un novelista sobre quien ha caído la maldición del éxito tiene un colega, compañero en los tiempos heroicos que sigue a su lado pero odia ese éxito y también a él que no lo sabe, envuelto en su gloria ignora que su triunfo lo hace un asco para el otro.

El dueño de esa idea ha muerto. A los 73 años, de cáncer de esófago, y esta noticia me ha removido algo. Quedo en deuda con Martin Amis, que se ha muerto de pronto. Le debo que su novela sobre los escritores amigos que se odian, me cayó como salvavidas en una época en que me sentía muy insignificante, y no con la autoestima por el suelo, sino en el subsuelo. Con su burla y escarnio de la vida promedio del escritor (o escritora), Martin Amis me puso delante dos vidas que eran muchísimo peor que la mía. La mejor fórmula para levantar el amor propio, y que no es tan nueva porque ya la usaba Charles Chaplin hace un siglo. La novela se llama La información,  en 1996 apareció en Panorama de Narrativas de Anagrama, pero la mía era la edición en la serie Compactos, igual de Anagrama, de 2008. Traducción de Benito Gómez Ibañez.

Amis ha muerto el pasado viernes, lejos de Londres, la urbe de sus libros, destruida por un ataque nuclear moral, y donde nació. Ha muerto en Miami, lo cual tiene el tinte irónico de sus historias, “carentes de plot”, según el tipo que lo recuerda en una revista en inglés.

En la página de La información que he abierto el plot intenta coagular: el escritor poco comercial, medita sobre su gestión para que un matón apalee a su exitoso rival, tras enterarse de que su novia le hizo sexo oral; concluye que el mejor desquite es seducir a su esposa. Démeter, miembro de la nobleza inglesa recién egresada de rehabilitación. Eso es un plot, en el otro sentido, el de conspiración.

La información, de Martin Amis, está lista para ser releída. Esa primera lectura fue hecha por un hombre desmoronado. También estaba endeudado; no me pregunten cómo pero lo estaba. La novela fue como si bebiera ron o aguardiente y el asombro sobre cosas de ese calibre escritas con esa frescura me hizo leer a bocanadas, atropelladamente. Ahora está lista para una lectura más saboreada. Si la lógica funcionara, en Colombia La información debería ser texto de culto. Los autores colombianos no son ajenos al éxito. Entonces deben tener el amigo poco exitoso que les odia en secreto. La novela también retrata la vida hedionda que éxito o NO, viven todos los escritores (y escritoras).

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