martes, 12 de marzo de 2019

Apreciado Mr. Cow

Esta carta al arriesgado novelista colombiano, Ramón Illán Bacca, autor de Disfrázate como quieras y otros libros, se me antoja un documento que refleja cierta trastienda de la literatura...no quiero que se pierda para los que padecen esa nefasta manía...la literatura


Apreciado Mr. Cow:
Ahora sí te cuento cuán espléndido me parece que te haya gustado mi texto sobre tu gran Mujer Barbuda. Es todo, un halago, un incentivo, un signo propicio en esta tarea ingrata de la crítica en que uno arriesga todo, el cariño de la gente porque se vuelve uno un personaje temido aunque la exégesis sea favorable, de todos modos un tipo que posea tanta información es problemático. Pero hay críticos que son respetables gurus, como Harold Bloom, profesor de Princeton. Me reuní el semestre pasado con el profesor Eduardo Bermúdez y me dijo que has dicho: "Barranquilla es como la vida, llena de obstáculos". Nuestra ciudad...cuando murio mi padre supe a los pocos meses que el periodismo era romántico sólo en la vida de García Márquez y de Ernest Hemingway, no encontré en mí nada de Lola Salcedo o de Gilberto Marenco, ni logré sacar nada en claro sobre la tertulia de Lagoven y el director de la emisora de Caracol en Barranquilla me invitó a hacer crítica de cine por micrófono sin mediar pago u honorarios. También un arquitecto me dijo: "Ahora en Barranquilla sino eres protegido de José NameTerán no consigues chamba". Tita Cepeda, Pacho Bottia y yo distribuimos las utilidades de "El Guacamaya" adquirido por Focine, tomé estos dineros y mis bártulos y emigré...a Bogotá. Lo mejor de Bogotá era que era un desconocido total, nadie sabía que era presumido, malhablado, pedante, narciso, algo alcohólico, desadaptado, agitador, pelietas, maleducado, burletas, niño mimado y crítico de cine cacofónico...defectos que una notícula en que destacabas un cuentecito mío publicado en Intermedio exacerbó hasta sentirme superior a Lola Salcedo, Braulio de Castro y Gilberto Marenco...por ejemplo, Lola Salcedo tenía la íntima convicción de que además de su alma refinada veia también su cuerpo de monja...si hubiera sabido algo me habría tildado de sexista. Estaba en malos términos con la mitad de la farnofelia...hice bien en dejar la ciudad Apres moi le deluge!
Me he dedicado acá en los Andes con más ahinco a leer. He disfrutado mucho pero no he ahorrado ni para una pensión de soldado. Cuando mi hermano fue abrupto gobernador tampoco entendí eso que tenía que ver conmigo y me encontraba descifrando La tejedora de coronas, un síntoma neurótico ¿Quién que no tuviera un Edipo difícil se ponía a leer ese mamotreto? También fui un hermano mayor mimado muy displicente con mis hermanos, que apenas reconocía, enseñado por mi madre a que yo era el sol y ellos los planetas, no me asombra que Arnold no me halla aproximado a su entorno o sea a la cofadría de la Cámara de Comercio que tanto ha hecho por Carmen Arévalo, tecnócrata ilustrada. Ramón Illán recurro a tí como un náufrago recurre a un pedazo de madera en el océano...¿Puedes improvisar algo para ayudarlo? Por lo pronto cuela ese texto sobre tu Gran Barbuda...y como quien no quiere la cosa cobramos, como gancho ciego...más adelante con tu mediación colamos otras cosillas como dos reseñas, una de La oculta y otra de El Libro de la envidia y nada más tampoco vamos a entrar a saco a Huellas...Me temo que todo es un atrevimiento ¿Quién soy? Soy más desconocido que el candidato a gobernador de la Unión Patriótica en Manizalez, me atreví a este discurso tal vez porque la ignorancia es audaz y tu sabrás perdonar, al margen todos debemos cooperar para impulsar la crítica, lo importante de ella es que pone un ingrediente en el ambiente literario incluso cuando es destructiva, qué se haga ruido con los libros hace que muchos se arriesguen a leer, todo lo que hizo la crítica por el boom, todo lo que hizo por García Márquez el libro Historia de un deicidio, de Vargas Llosa, todas las películas que ibas a ver por los comentarios de Ugo Barti en Cromos o los de aquel Jose Antonio, amigo de Tita y de Alvaro Cepeda en El Tiempo de la época de Brigitte Bardot y Roger Vadim, en mi caso bastó que leyera el comentario para que soñara con ver la película italiana Seducida y abandonada...la crítica es un signo de la civilización, es obvia en todas partes menos en Colombia...pero es que en Colombia siempre es Halloween...Bueno, pásate por mi blog www.suplementoliterario.blogspot.com la última entrada es mi pieza sobre la mujer barbuda (no importa también puede aparecer en Huellas y lo de obtener a cambio un peso o dos por ella es secundario).
¿Que sabes de la novela de Julio Roca Baena? hace años me informó Tita Cepeda que había pasado el manuscrito a Carmen Barvo entonces directora de literatura en Editorial Norma...

Ernesto Gómez-Mendoza
cel 3016251878
Calle 180 No. 10 A 38 Bogotá  

No hay comentarios.: